Estudiar Diseño Gráfico en la Universidad del Pacífico, fue una experiencia transformadora. En la UP encontré un espacio donde mis ideas y proyectos tomaron forma, impulsados por el enfoque innovador y experimental que promueve la carrera. Fue ahí donde entendí que el diseño no es solo una herramienta de comunicación, sino una disciplina con el poder de impactar de manera significativa en la sociedad.
Mi tiempo en la UP fue clave. Tuve la oportunidad de aprender de compañeros y profesores que siempre compartieron ideas, referencias e inspiración. Además, proyectos en materias como Branding y Publicidad me marcaron profundamente, abriendo mi mente a nuevas posibilidades. Mi tesis, resultado de esta formación, fue un cierre perfecto para mi etapa académica: no solo consolidó mis aprendizajes, sino que me dejó con un objetivo claro y definido que todavía sigo explorando.
Mi proceso creativo y cómo encuentro inspiración
Cuando inicio un proyecto, siempre empiezo por identificar los puntos clave, los pros y contras, y recolectar toda la información posible. La claridad es esencial para poder definir hacia dónde quiero ir. En mi caso, la música es una fuente constante de inspiración: crear playlists para distintos estados de ánimo me ayuda a conectar con diferentes energías. También me inspiro mucho en lo visual, como películas, pósters y portadas de álbumes.
Sé que los bloqueos creativos son inevitables, pero he aprendido que pausar y hacer algo completamente diferente puede ser la solución. A veces, regresar con una mente fresca hace toda la diferencia. En mi proceso, la lluvia de ideas y las referencias son indispensables, así como estar al tanto de las tendencias, tipografías y visuales del momento.
De la universidad al mundo profesional
La transición de la vida académica al ámbito profesional fue muy natural para mí porque, desde el principio, combiné mis estudios con el trabajo en diseño. Ya estaba familiarizado con las exigencias y retos del mercado, pero encontrar una motivación y un propósito más profundo fue un desafío. Poco a poco, al involucrarme en el universo del diseño, entendí la magnitud y el impacto que podía tener mi carrera.
Hoy, los proyectos de Branding y Publicidad son los que más me apasionan porque me permiten explorar y explotar mi creatividad. Participar en el Tatakua con mi agencia y ganar oro fue un logro reciente que marcó una etapa muy especial en mi vida.
La influencia de “Diseño UP” en mi carrera
El programa de Diseño UP no solo me brindó las bases técnicas necesarias, sino que también me enseñó a abordar proyectos desde una perspectiva estratégica y reflexiva. Este enfoque holístico me ayudó a desarrollar mi propio estilo y metodología de trabajo, siempre buscando inspirarme en las tendencias globales mientras aplico lo aprendido en contextos locales.
Algo que siempre recordaré de mi paso por Diseño UP fue su capacidad de impulsar mi curiosidad y motivarme a buscar siempre más. Desde los primeros bocetos hasta los proyectos más complejos, aprendí que el diseño es un equilibrio entre arte, funcionalidad e impacto. Sin dudas, esa filosofía sigue presente en mi día a día.
Mis planes y reflexiones
El diseño ha evolucionado mucho para mí desde que comencé. Ahora lo veo como algo más serio y trascendental: una oportunidad para inspirar y dejar una huella. Mi meta es seguir capacitándome, postularme a becas y darle una nueva vida a mi tesis, que creo que aún tiene mucho por ofrecer.
A quienes sueñan con ganar premios como el Tatakua, les digo que se animen, que participen y vivan la experiencia, incluso si eso significa cometer errores. Es parte del aprendizaje y del crecimiento como diseñadores.
Para mí, el diseño es más que una profesión: es una forma de combinar arte, ciencia, historia y creatividad. Y si algo puedo compartir, es que nunca dejen de explorar este increíble mundo. Siempre hay algo nuevo por descubrir y aprender.